A pesar de su precio increíblemente bajo, deberíamos añadir. Sencillamente, porque hay una alta probabilidad de que termines arrepintiéndote de la decisión tomada. Pero hay que reconocer que la oferta es tentadora. En la mayoría de los casos, por menos de 2.000€, billetes de avión incluidos, se nos invita a disfrutar de la experiencia de viajar dos o tres noches a Estambul, alojarnos en un hotel de lujo y regresar a España con una poblada mata de pelo. Las ofertas no paran de rebajar el precio semana tras semana. ¿Qué puede salir mal?
El problema de este turismo sanitario a Turquía, cada día más de moda entre españoles, radica en las propias condiciones clínicas y sanitarias que se nos ofrecen al llegar allí. Las imágenes mostradas en las páginas web no se corresponden, en la mayoría de los casos, con lo que nos vamos a encontrar una vez pisemos suelo turco. Pero, no nos engañemos: como dice el refrán, nadie da duros a cuatro pesetas. Nuestras expectativas defraudadas pueden tener consecuencias aún peores una vez realizado el trabajo.
La mala praxis en el implante suele tener un denominador común: una vez realizado no tiene solución y el resultado estético suele ser mucho peor que el que nos llevó a pasar por quirófano. Hablamos de implante capilar en el que nosotros mismos somos el donante (FUE) y en el que los folículos son extraídos de la zona de la nuca e injertados en las zonas que necesitan repoblarse. Es el que oferta mejores precios y, consecuentemente, registra más pacientes. La zona donante habitualmente es tan esquilmada que imposibilita una nueva intervención. Hay que tener en cuenta que el cabello extraído no vuelve a salir y que es la densidad capilar lo que determina que la zona de la nuca se denomine “zona donante” y no unas características morfológicas diferentes a otras zonas del cuero cabelludo.
Como decíamos, las condiciones sanitarias desaconsejan, en la mayoría de los casos, el viaje. Las infecciones en las zonas injertadas están a la orden del día y la recomposición del área trasplantada, una vez en España, es costosa en tiempo y en dinero.
El implante capilar es una intervención a la que no deberíamos someternos más de una vez en la vida y su éxito o fracaso dependen en gran medida de los profesionales que se elijan para llevarlo a cabo. Cualquier especialista aconsejará previamente agotar todas las posibilidades alternativas en tratamientos y procedimientos orientados a la regeneración capilar de las áreas dañadas y, solo entonces, planteará la intervención quirúrgica. Llegados a este punto, la solución nacional se presenta como la más recomendable. No se deben albergar dudas ni respecto a la intervención ni respecto al equipo de especialistas que han de llevarlo a término. Procede preguntar, preguntar, informarse y volver a preguntar hasta que estemos seguros al cien por cien de lo que vamos a hacer y de los resultados que vamos a conseguir. Una vez realizado el implante, el seguimiento que se haga del mismo en los primeros meses es crucial para obtener el aspecto estético buscado. Hasta los doce meses los resultados no serán plenamente visibles y las consultas periódicas al especialista se hacen imprescindibles. Por eso, la cercanía y los estándares sanitarios de la UE son absolutamente imprescindibles.
Después de todo lo dicho, naturalmente que en Turquía podrás someterte a un injerto capital con todas las garantías, pero no será seguramente con una oferta low cost. Cuando uno compara precios y garantías es cuando llega al convencimiento de que tal vez no sea tan buena idea viajar hasta Turquía para algo que no sea turismo.
Si quieres ampliar la información facilitada en este artículo, ponte en contacto con los profesionales de nuestro centro en Majadahonda. Ellos tiene mucha más información que seguramente te gustará tener en cuenta si ya te has decidido por el micro implante.